En un sentido es mejor seleccionar pocos remedios. La pauta normal es no utilizar más de seis o siete a la vez, puesto que la experiencia ha demostrado que es muy raro llegar a necesitar un número mayor a este si se presta un poco de atención al proceso de selección.
Tomar más remedios de los que efectivamente se necesitan puede significar que se ha perdido el enfoque, y aquellos que realmente se necesiten no van a funcionar tan bien o rápido como lo hubieran hecho de la otra manera.
Sin embargo, no es cierto que tres remedios actúen siempre mejor que cuatro, o que el tratamiento ideal sea de un sólo remedio, si seis (u ocho, o inclusive nueve) remedios son los que realmente se necesitan, entonces debería tomarlos.