Esta idea parece provenir de un informe de la OMS que mencionó las flores de Bach, junto con otras formas de medicina complementaria, como ejemplos de los tipos de técnicas complementarias que se utilizaban en el mundo.
Parece que alguien malinterpretó esta referencia como una declaración oficial de aprobación. Esta creencia errónea terminó siendo puesto en un libro. A partir de ahí, otros autores han citado la declaración hasta el punto donde la idea es muy extendida, especialmente en los países de habla española.
Por lo que sabemos que no hay verdad en esta afirmación. La Organización Mundial de la Salud no aprueba ni licencia ningún tratamiento.